Necesita un ejercicio limitado y un mínimo de comida para mantener su salud, el Pekinés es una raza fácil de cuidar . Sin embargo, prospera con atención y disfruta siendo un perrito de compañía.

Talla:

Rango de peso:

  • Macho: 3.2 – 5.4 kg
  • Hembra: 3.2 – 5.4 kg

Altura a la cruz:

  • Macho: 20.3 cm
  • Hembra: 17.8 cm

Características:

Braquiocefálico (cara aplastada), piernas cortas y curveadas, orejas caídas (naturalmente)

Expectativas:

Ejercicio requerido: <20 minutos por día.

Nivel de energía: tranquilo

Promedio de vida: 13 a 15 años

Tendencia a babear: Baja  Tendencia a roncar: Alta

Tendencia a ladrar: Moderado

Tendencia a excavar: Baja Necesidades sociales/de atención: Baja

Criado para:

Perro de compañía

Pelaje:

Largo: Largo

Características: doble manto,  liso

Colores: todos los colores y patrones son aceptables.

Necesidades generales de acicalamiento: Altas

Reconocimientos de asociaciones:

Clasificación de la AKC:  Miniatura

Clasificación de la UKC: Perro de compañía

Prevalencia: común

 

El Pekinés tiene un cuerpo largo, piernas bajas con las extremidades encorvadas. Su cuerpo es robusto a pesar de su tamaño pequeño, y su complexión contribuye a su balance.

El Pekinés es reconocido por su hocico corte, ojos prominentemente largos y una forma de nariz en «V» arrugada entre el hocico y los ojos. Las orejas cuelgan por toda la cabeza, y la cola es llevada majestuosamente sobre su dorso.

La gloria de coronación del Pekinés es su manto profuso. El pelo cuelga largo y liso, idealmente con una textura dura y un capa interna abundante. Tiene una gran franja de pelo en sus orejas, cola y extremidades. Todos los colores son aceptables; una macara negra, un contorno negro  en los ojos y orejas negras son deseables.

Personalidad:

El Pekinés pareciera estar consciente de que es un perro de realeza ancestral.  Se le puede ver distante y digno, a pesar de que ocasionalmente se sueltan el pelo. Es un perro pequeño guardián muy alerta y sonara su alarma de ladrido más grande que su tamaño.

Generalmente el Pekinés es bueno con otros perros y mascotas, pero deben socializar desde una edad temprana y profundamente para aceptar a mucha gente. Pueden ser distantes con extraños, a pesar de ser devotos a sus familias. Aunque son inteligentes, estos pequeños perros independientes  requieren entrenamiento con paciencia y creatividad.

El Pekinés no es propenso a ser un masticador molesto o cavador pero pueden ser tercos al aprender nuevas cosas.

Viviendo con:

El pekinés es un perro muy fácil de mantener y requiere pequeñas cantidades de comida para mantenerse saludable. Con muchos premios se le llevara a ser obeso. Como es muy activo no necesita grandes caminatas para su ejercicio. Ya sea en interiores o exteriores en un buen clima será suficiente. Con la cara achatada no soportan bien  la humedad o el clima cálido. Su hocico chato los hace propensos a roncar.

El Pekinés necesita mucha compañía humana para estar feliz. Les gusta la atención y ladraran para intentar proteger sus hogares y familias. Son muy felices siendo perritos de compañía la mayoría del tiempo. La mayoría de los pekineses se llevan bien con los niños más grandes. Una socialización a temprana edad es importante.

El acicalamiento es una importante consideración. Un perro con un pelaje abundante requiere una atención diaria. La mayoría de los Pekinés tienen ligeramente un pelo más corto, fácil de cuidar, pero de todos modos necesitan un cepillado diario. El cuidado debe de llevarse a cabo para mantener sus caras limpias, especialmente alrededor de la parte arrugada del hocico. Cuidar también el pelo largo alrededor del recto para que se mantenga limpio también.

Historia:

El Pekinés es otra raza china ancestral. Estos perros son conocidos en China desde el año 700 d. C. y por lo menos algo de su popularidad es atribuida al crecimiento del budismo en China. Los leones y por lo tanto los perros como leones eran el símbolo de Buda, y estos pequeños perros con su lujosas melenas  encajaban en la realeza. La cruza con el Shih Tsu y el Lhasa Apso es ciertamente posible.

En los años 1800, el Pekinés era el querido de la corte imperial China.  Numerosos eunucos dirigieron un programa de cría especial para estos «perros de manga»  y el Pekinés fuer verdaderamente un perro de lujo. En el despido de Pekín por los ingleses en 1860, solo alguno Pekineses sobrevivieron, por lo menos uno de los que llego a Inglaterra y se convirtió en el querido de  la Reina Victoria. Una vez más, el favor real dio popularidad y desde entonces así ha sido.

Actualmente los Pekineses son más largos que los verdaderos «perros de manga», pero siguen siendo queridos  como perros de compañía y de alerta.

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