Durante años, la palabra «dominancia» ha sido usada para explicar una gran variedad de comportamientos caninos: desde tirar de la correa hasta gruñir por comida o subirse al sofá. Sin embargo, esa explicación está desfasada y ha sido ampliamente desacreditada por la ciencia del comportamiento moderno. En PerroFiel, apostamos por una educación basada en el respeto, el vínculo y la comprensión del perro como individuo emocional y social.
¿Qué es realmente la dominancia?
La dominancia no es un rasgo de personalidad, ni una actitud constante de un perro. En etología, se refiere exclusivamente a una relación entre dos individuos en contextos específicos, especialmente en relación con el acceso a recursos valiosos. No es un estado mental, ni una ambición de «ser el jefe». Tampoco se aplica a la relación humano-perro como si fuera una lucha de poder.
El origen del error: lobos en cautividad
El malentendido sobre la dominancia proviene de antiguos estudios con lobos en zoológicos, donde se observaban comportamientos jerárquicos forzados por el cautiverio. Estos estudios fueron posteriormente refutados por sus propios autores, quienes aclararon que los lobos en libertad viven en estructuras familiares cooperativas, no en manadas dominadas por un «alfa» agresivo. A pesar de esto, el mito se trasladó al adiestramiento canino tradicional durante décadas.
Por qué no debes aplicar jerarquías rígidas en casa
Muchos problemas de comportamiento que se atribuían a «dominancia» tienen en realidad otras causas mucho más relevantes:
Miedo o inseguridad
Frustración o sobreexcitación
Falta de estructura o claridad
Reforzamiento accidental de conductas indeseadas
La idea de que el perro «quiere dominarte» lleva a prácticas como:
Forzar la sumisión (alpha roll)
Castigar la cercanía a recursos
Negar afecto como forma de control
Estas acciones no solo son innecesarias, sino que dañan profundamente el vínculo con tu perro.
Qué hacemos en su lugar
La educación canina moderna se basa en principios de psicología del aprendizaje, empatía y gestión emocional. En lugar de castigar, enseñamos:
A través del refuerzo positivo
Con manejo del entorno
Construyendo hábitos que generen seguridad y confianza
Respetando los límites y necesidades emocionales del perro
Liderazgo no es dominancia
Ser líder para tu perro no implica imponerse, sino ofrecer estructura, coherencia y protección. Un buen guía humano actúa como referente estable, no como jefe autoritario.
Conclusión
La dominancia como explicación de conducta en perros ya no es válida. Entender a tu perro desde su emoción, contexto y aprendizaje es la clave para una convivencia equilibrada. En Perro Fiel, te enseñamos a construir una relación basada en la confianza y la cooperación, no en la lucha de poder.
Si alguna vez te dijeron que tu perro es dominante, probablemente lo que necesitaba era ser comprendido y guiado, no corregido con dureza.
Tabla de contenidos
